20 de noviembre de 2025
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Tong Wu: “En China, García Márquez y Cortázar son pilares literarios”

  • La académica, que encontró en Xalapa el equilibrio entre la vida universitaria y la riqueza cultural, comparte sus puentes literarios entre China y América Latina, los secretos del lenguaje y los libros que alguien debe leer para adentrarse a la cultura china
  • “El Realismo Mágico no es un efecto especial, sino un modo de percepción comunitario. Los estudiantes suelen encontrar paralelismos fascinantes con tradiciones chinas como el zhiguai (relatos de lo extraño) o con la obra Liaozhai

Irma Villa

Tong Wu es académica de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Chongqing, China, y actualmente reside en Xalapa. Su estancia en esta ciudad le ha permitido explorar un “territorio simbólico y una diversidad lingüística viva, en presente continuo”, lo que ha enriquecido su experiencia profesional y personal en el ámbito de la literatura hispanoamericana.

Durante su conversación con https://www.nuevo-mundo.mx/, Wu destacó el interés que existe en China por el fenómeno literario denominado ‘Boom’ latinoamericano. En su país, se estudia con profundidad este movimiento, así como a dos de sus autores más representativos: Gabriel García Márquez y Julio Cortázar, quienes son considerados auténticos pilares literarios.

En cuanto a sus preferencias personales, Tong Wu mencionó como escritores favoritos al argentino Federico Jeanmaire y al mexicano Juan Rulfo. Para quienes deseen acercarse a la cultura china a través de su literatura, recomendó la novela Vivir de Yu Hua, así como las obras de otros escritores chinos.

«Me veo como un puente: me apasiona conectar aulas, ciudades y, sobre todo, lenguas» (Foto: Carlos Hugo Hermida)

El encuentro tuvo lugar en el cubículo que comparte con Cathy Hernández Baruch, académica de la Facultad de Pedagogía del Sistema de Enseñanza Abierta (SEA), de la Universidad Veracruzana (UV). Tras intercambiar saludos y organizarnos, iniciamos el diálogo.

 “Soy Tong Wu, vengo de Chongqing, una gran metrópoli en el suroeste de China. Mi labor profesional se desarrolla como profesora e investigadora, especializada en la enseñanza de lenguas y en tender puentes entre los estudios culturales de China y el mundo hispano. Si tuviera que describirme, me vería como un puente: me apasiona conectar aulas, ciudades y, sobre todo, lenguas.”

Al preguntarle por qué vino a Xalapa –un destino menos común, comparado con la Ciudad de México o Guadalajara– y qué impresión le había causado esta pequeña ciudad, respondió:

 “Vine invitada por el Centro de Estudios China-Veracruz, cuya sede se encuentra en esta ciudad, que es extraordinariamente acogedora. Es tranquila, pero a la vez bulle con una intensa vida cultural, ofrece música, arte, naturaleza y una energía universitaria muy especial. Es el tipo de lugar donde puedes concentrarte profundamente en tu trabajo, pero también salir y disfrutar de la riqueza de la vida diaria. La gente, por su parte, es muy amable, siempre dispuesta a tender una mano, lo que hizo que me sintiera como en casa desde el primer momento.”

Dijo que es originaria de Chongqing, ¿cuál ha sido el contraste más profundo o sorprendente que ha experimentado en estos tres meses que lleva en Xalapa? ¿Qué extraña de su ciudad natal?

Reflexiona un momento. La pausa dura uno o dos minutos. “Más que el tamaño, es el ritmo y la atmósfera. Chongqing es vertical, vertiginosa y nocturna; Xalapa es bruma, cultura y conversación. De China, como a cualquier persona le pasa con su tierra, extraño los pequeños rituales: la vida en los puestos callejeros a altas horas de la noche, las librerías abiertas hasta tarde y, por supuesto, el picor exacto del ají. De Xalapa… me enamoraron el café y la majestuosidad del bosque de niebla. Aquí el tiempo parece transcurrir de otra forma, invita a la pausa, a leer con calma y a entablar conversaciones profundas. Y, por supuesto, lo más valioso: la gente es increíblemente amable”, respondió.

Ante este sentido de pertenencia que menciona, ¿cómo piensa vincular las culturas veracruzana y china?

“Por un lado, estoy explorando el potencial de la Inteligencia Artificial para aplicarla en mis métodos de enseñanza sobre China, buscando formas innovadoras de acercar la cultura a los estudiantes. Paralelamente, quiero seguir profundizando en mi investigación sobre la representación de China en las literaturas hispanoamericanas. Confío en que Xalapa, por su ambiente académico y literario, es el sitio adecuado para este proyecto.”

Como académica, pudo haber elegido estudiar la literatura de cualquier lugar del mundo. ¿Qué fue lo que la llevó específicamente hacia la literatura hispanoamericana? ¿Fue un autor, un libro, una sensación particular?

“Es una pregunta que me hago a menudo. Fue más una sensación que un autor concreto. Descubrí que la literatura hispanoamericana tenía una vitalidad, una mezcla de realismo crudo y una imaginación desbordante que resonaba conmigo de una manera única. Hablaba de historias de pueblos, de pasiones intensas y de una relación con la realidad que me resultaba fascinantemente familiar y, a la vez, exótica.”

Dijo que “la literatura hispanoamericana tenía una vitalidad…”, en este sentido el español y el chino mandarín son dos universos lingüísticos radicalmente distintos. ¿Cómo afecta esta diferencia a su manera de leer y analizar nuestros textos? ¿Hay algo en la literatura hispanoamericana que, considere, solo se puede apreciar plenamente en español?

“La diferencia lingüística es un desafío constante, pero lo veo como una oportunidad para una interpretación más profunda. El español me obliga a estar muy atenta a los modos verbales, como el subjuntivo, que expresa deseo o posibilidad de una manera que el chino no tiene. También a captar una ironía muy fina, el uso de los diminutivos que matizan el afecto o el desdén, y el voseo, que marca una geografía y una relación social específica. Todo eso marca el ritmo, la confianza y la distancia en el texto. Definitivamente, creo que la poesía y el ingenioso juego de palabras son elementos que se aprecian plenamente solo en su idioma original. Hay chistes, dobles sentidos y una música interna en las palabras que simplemente no sobreviven intactos en la traducción; solo vibran del todo en español.”

Desde su perspectiva, y dado que realizó estudios en Barcelona, España ¿qué observaciones puede compartir sobre las formas de entender el mundo a través de la literatura?

“Mi experiencia me ha enseñado que España me dio la tradición crítica y el archivo; un acceso monumental a la historia de la literatura. México, en cambio, me está ofreciendo el territorio simbólico y una diversidad lingüística viva, en presente continuo. Para mí, la literatura es ante todo un espejo de la sociedad y la cultura que la produce.

El ‘Boom’ latinoamericano y el realismo mágico son movimientos que siguen influyendo mucho por esta parte del mundo. ¿Cómo se leen y se enseñan estas corrientes en China? ¿Existen paralelismos con tradiciones narrativas chinas?

“Se estudian mucho en los cursos de literatura mundial. Una clave que siempre subrayamos es que lo mágico en el Realismo Mágico no es un efecto especial, sino un modo de percepción comunitario. Los estudiantes suelen encontrar paralelismos fascinantes con tradiciones chinas como el zhiguai (relatos de lo extraño) o con la obra Liaozhai. Pero marcamos una diferencia crucial: en el zhiguai, lo insólito es la excepción, algo que irrumpe; en muchas novelas del Boom, lo insólito es el tejido normal de la comunidad, es la realidad misma. Esta sensación resonó profundamente con la propia experiencia rural china y nuestra rica tradición oral. De hecho, inspiró movimientos como la «Literatura de Búsqueda de Raíces» de los 80. Autores chinos contemporáneos como Mo Yan (Premio Nobel), Can Xue o Han Shaogong, aunque muy distintos, pueden generar una sensación de familiaridad en los lectores hispanoamericanos, porque todos -en cierta forma- navegan en ese espacio donde lo real y lo fantástico se entrelazan.”

 Para el público chino, ¿qué autores hispanoamericanos contemporáneos están generando interés? ¿Quién cree usted que es el escritor o escritora de nuestra región que más merece ser descubierto en este momento?

“Los clásicos como Gabriel García Márquez y Julio Cortázar siguen siendo pilares. Personalmente, disfruto mucho de la obra de autores como César Aira, Mario Bellatin y Federico Jeanmaire por lo impredecible de su narrativa. Para un ‘descubrimiento’ inmediato, creo que hay nombres que están marcando la pauta. He leído sobre la potencia verbal de Fernanda Melchor, la inteligente reflexión sobre las fronteras de Valeria Luiselli, y la narrativa de Cristina Rivera Garza. Son voces que merecen traspasar todas las fronteras.”

La traducción es ese puente fundamental del que hablaba. ¿Qué libro fundamental de la literatura china cree usted que es urgentemente necesario traducir al español para que entendamos mejor su cultura?

“Es difícil elegir uno solo, porque hay muchas chinas. Para una inmersión clásica, Sueños en el Pabellón Rojo de Cao Xueqin es una obra magna sobre la sociedad imperial. Para la filosofía, el Zhuangzi es fundamental. En el terreno de la ciencia ficción, El problema de los tres cuerpos de Liu Cixin ya es un fenómeno global. Y para entender la narrativa contemporánea, Vivir, de Yu Hua es desgarradora y universal. También añadiría Biancheng de Shen Congwen, por su delicadeza rural, y una buena antología de Wang Zengqi, que captura la humanidad en lo cotidiano. Para los amantes de la vanguardia, Can Xue ofrece una experiencia literaria única y distinta.

Si tuviera que sugerirle un solo libro de literatura china a un joven estudiante xalapeño-mexicano, ¿cuál sería y por qué? Y a la inversa, ¿qué libro de un autor veracruzano o mexicano recomendaría usted en China?

“Sin duda, Vivir, es una novela breve, directa y estremecedora. Habla de la dignidad y la resiliencia humanas frente a la historia sin un ápice de solemnidad. Tiene una sensibilidad que, creo, dialoga muy bien con el corazón latinoamericano. Y para llevar de México a China, recomendaría dos. Uno universal: Pedro Páramo de Juan Rulfo, porque es la piedra angular de donde surgió todo el Boom y captura el alma de un pueblo de una manera mítica y poética. Y otro más contemporáneo y personal: Tacos Altos de Federico Jeanmaire, que aborda de manera muy inteligente y conmovedora la cuestión del idioma y la identidad de los chinos en el extranjero. Sería un espejo fascinante para los lectores en China.

Al despedirnos, queda flotando su definición más certera: «Me veo como un puente: me apasiona conectar aulas, ciudades y, sobre todo, lenguas». Un puente que, gracias a conversaciones como esta, se hace cada vez más corto, como pueden leer en la entrevista realizada con Sajid Demian Longgi Reyna.